Reglas para el profesor en el aula de ciencias

  1. Ensayar siempre el experimento antes de hacerlo con los alumnos para evitar problemas.

  2. Motivarlos siempre antes de presentar cualquier experimento, enlazándolo con temas que hayan despertado su interés.

  3. Siempre que sea posible dejar que los niños manipulen libre y previamente los materiales del experimento.

  4. Dar a todos y cada uno de los alumnos la oportunidad de tomar parte en el experimento. Si todos no pueden repetirlo, dividirlo en fases y que al menos participen en una de ellas.

  5. Adaptarlos a la edad de los alumnos y realizarlos cuidando de que no produzcan miedo. Las precauciones lógicas que se deben tener con las fuentes de calor, herramientas cortantes o punzantes, etc. deben ser abordadas con naturalidad y sentido común pero sin asustarlos.

  6. Las preguntas previas deben ser abiertas y aceptar cualquier otra cuestión que surja de ellos.

  7. Ninguna respuesta debe ser rechazada “a priori” por absurda que nos parezca desde nuestros “conocimientos” de adultos. Todas deben “anotarse” y será la experiencia y los acontecimientos posteriores los que nos harán desechar, aceptar o modificar dichas respuestas.

  8. Estimular la observación, la manipulación, el establecimiento de hipótesis, el análisis y la reflexión para acercar a los niños al pensamiento científico.

  9. Buscar caminos para ampliar la actividad, aplicarla en otros campos o situaciones o conectarla con temas de su interés.

  10. Siempre que sea posible dejar los materiales del experimento a su alcance para que puedan seguir experimentando libremente o dupliquen el experimento o hagan variantes.

  11. Evitar el “activismo”: procurar siempre llegar a unas conclusiones y que los niños las verbalicen lo mejor posible. Procurar que los niños “documenten” (dibujando, ordenando o escribiendo según las edades) las secuencias del experimento.

  12. Siempre que se pueda tomar notas y/o fotografías de las peripecias acontecidas durante toda las fases del experimento.